domingo, 26 de octubre de 2025

Cuidar la mente es también cuidar la vida, una urgencia silenciosa

 

La salud mental se ha convertido en uno de los temas más relevantes de nuestro tiempo. Durante mucho tiempo fue tratada como un asunto secundario o incluso como un tabú, pero hoy comprendemos que cuidar la mente es tan importante como cuidar el cuerpo. Vivimos en una época en la que las exigencias laborales, la sobreexposición a la información y las tensiones sociales nos llevan al límite, y en ese contexto, hablar de bienestar emocional ya no es una opción, sino una necesidad vital. Cuidar la mente es, en esencia, cuidar la vida.

Cuando se habla de salud mental, muchas personas piensan en enfermedades como la depresión, la ansiedad o los trastornos del sueño. Sin embargo, la salud mental no se reduce a la ausencia de enfermedad. La Organización Mundial de la Salud la define como un estado de bienestar en el que la persona puede reconocer sus capacidades, afrontar las tensiones normales de la vida, trabajar de forma productiva y contribuir a su comunidad. Es decir, se trata de un equilibrio entre nuestras emociones, pensamientos y comportamientos, que nos permite disfrutar de la vida y relacionarnos sanamente con los demás. En Colombia, según la OMS, una de cada cuatro personas experimentará un trastorno mental a lo largo de su vida, siendo la depresión y la ansiedad los más comunes. Detrás de esa estadística hay historias cotidianas: jóvenes que no logran manejar la presión académica, madres agobiadas por la carga del día a día, adultos mayores que se enfrentan a la soledad o profesionales que viven bajo el peso del estrés constante.

La mente y el cuerpo funcionan como un solo sistema. Desde la neurociencia se ha demostrado que nuestras emociones influyen directamente en los procesos cerebrales y, por ende, en nuestro bienestar físico. El estrés prolongado, por ejemplo, puede alterar la memoria, afectar la concentración y debilitar el sistema inmunológico. De igual modo, las condiciones del entorno familiares, sociales o laborales pueden fortalecer o deteriorar la salud mental. Como señala el psicólogo Andrés Ramírez Giraldo, comprender cómo el cerebro procesa las emociones y los estímulos externos nos ayuda a entender por qué ciertos ambientes pueden generar calma o, por el contrario, angustia. Por eso resulta fundamental fortalecer las redes de apoyo y crear espacios de confianza, donde hablar de lo que sentimos no sea motivo de vergüenza, sino una oportunidad de sanar.

Sin embargo, muchas veces las señales de alerta pasan desapercibidas. La psicóloga Eileen García Montaño explica que los primeros síntomas de un problema de salud mental suelen ser sutiles: cambios en el sueño o el apetito, pérdida de interés por actividades que antes producían placer, irritabilidad, cansancio permanente o dificultad para concentrarse. En algunos casos aparecen pensamientos negativos persistentes o sentimientos de desesperanza. Ante estas señales, lo más importante es no guardar silencio. Pedir ayuda profesional no es un signo de debilidad, sino un acto de valentía y autocuidado. La atención psicológica o psiquiátrica debería asumirse con la misma naturalidad con la que acudimos a un médico cuando nos duele el cuerpo. La mente también necesita atención, acompañamiento y descanso.

Cuidar la salud mental no requiere de cambios drásticos, sino de pequeñas acciones cotidianas que fortalezcan nuestro equilibrio emocional. Practicar la atención plena, desconectarse unos minutos del ruido digital, respirar conscientemente, dormir bien, compartir tiempo con personas que aporten calma y alegría, o simplemente reconocer cómo nos sentimos, son hábitos que pueden marcar una gran diferencia. También es importante moderar la autoexigencia, aceptar que el error hace parte del aprendizaje y buscar espacios creativos que permitan liberar tensiones. Escribir, dibujar, cocinar o escuchar música son formas sencillas de cuidar la mente y reencontrarse con uno mismo. En palabras del programa “En Sintonía con tu Salud”, cuidar la mente también es cuidar el cuerpo, y ambos forman una unidad inseparable.

La salud mental, sin embargo, no debe verse solo como una responsabilidad individual. Las instituciones, las familias, las universidades y los gobiernos tienen un papel fundamental en la construcción de entornos saludables. En Colombia, por ejemplo, el departamento del Atlántico ha incorporado la salud mental como eje central de su nueva Política Nacional de Drogas, articulando estrategias de prevención, educación y convivencia. Este tipo de iniciativas muestran que cuando la salud mental se integra en las políticas públicas, se avanza hacia una sociedad más empática y consciente. Aun así, el país enfrenta grandes desafíos: la falta de acceso a servicios psicológicos, la escasez de profesionales especializados en zonas rurales y los prejuicios culturales que todavía impiden hablar abiertamente del tema. Romper el silencio sigue siendo una tarea colectiva.

Hablar de salud mental es hablar de dignidad, empatía y comunidad. En un mundo que valora la productividad por encima del bienestar, detenerse a cuidar la mente es un acto de resistencia y de amor propio. Cada vez que nos permitimos descansar, que compartimos cómo nos sentimos o que buscamos ayuda, estamos contribuyendo a derribar los estigmas que rodean a las enfermedades mentales. No se trata de vivir sin dolor, sino de aprender a convivir con nuestras emociones, de reconocer nuestras vulnerabilidades y de apoyarnos unos a otros. La salud mental no es un destino, sino un camino que se recorre día a día, con atención, paciencia y esperanza.

Al final, cuidar la mente es cuidar la vida. Es recordar que el bienestar no se mide solo en cifras o diagnósticos, sino en la capacidad de sentirnos en paz con nosotros mismos y con los demás. Hablar de salud mental es invitar a construir una sociedad más humana, donde el silencio dé paso a la comprensión y donde cada persona pueda decir sin miedo: “necesito ayuda”. Porque solo cuando nos atrevemos a cuidar lo invisible, lo emocional y lo íntimo, podemos vivir de manera plena, consciente y verdaderamente saludable.

Si este tema te inspiró a cuidar más de tu bienestar emocional, te invito a escuchar el episodio completo de En Sintonía con tu Salud en YouTube. Allí encontrarás la valiosa entrevista con los psicólogos Eileen García Montaño y Andrés Ramírez Giraldo, quienes comparten herramientas sencillas y profundas para fortalecer la salud mental y vivir con mayor equilibrio. 🎧💚


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