La salud
mental se ha convertido en uno de los temas más relevantes de nuestro tiempo.
Durante mucho tiempo fue tratada como un asunto secundario o incluso como un
tabú, pero hoy comprendemos que cuidar la mente es tan importante como cuidar
el cuerpo. Vivimos en una época en la que las exigencias laborales, la
sobreexposición a la información y las tensiones sociales nos llevan al límite,
y en ese contexto, hablar de bienestar emocional ya no es una opción, sino una
necesidad vital. Cuidar la mente es, en esencia, cuidar la vida.
Cuando se
habla de salud mental, muchas personas piensan en enfermedades como la
depresión, la ansiedad o los trastornos del sueño. Sin embargo, la salud mental
no se reduce a la ausencia de enfermedad. La Organización Mundial de la Salud
la define como un estado de bienestar en el que la persona puede reconocer sus
capacidades, afrontar las tensiones normales de la vida, trabajar de forma
productiva y contribuir a su comunidad. Es decir, se trata de un equilibrio entre
nuestras emociones, pensamientos y comportamientos, que nos permite disfrutar
de la vida y relacionarnos sanamente con los demás. En Colombia, según la OMS,
una de cada cuatro personas experimentará un trastorno mental a lo largo de su
vida, siendo la depresión y la ansiedad los más comunes. Detrás de esa
estadística hay historias cotidianas: jóvenes que no logran manejar la presión
académica, madres agobiadas por la carga del día a día, adultos mayores que se
enfrentan a la soledad o profesionales que viven bajo el peso del estrés
constante.
La mente
y el cuerpo funcionan como un solo sistema. Desde la neurociencia se ha
demostrado que nuestras emociones influyen directamente en los procesos
cerebrales y, por ende, en nuestro bienestar físico. El estrés prolongado, por
ejemplo, puede alterar la memoria, afectar la concentración y debilitar el
sistema inmunológico. De igual modo, las condiciones del entorno familiares,
sociales o laborales pueden fortalecer o deteriorar la salud mental. Como
señala el psicólogo Andrés Ramírez Giraldo, comprender cómo el cerebro procesa
las emociones y los estímulos externos nos ayuda a entender por qué ciertos
ambientes pueden generar calma o, por el contrario, angustia. Por eso resulta
fundamental fortalecer las redes de apoyo y crear espacios de confianza, donde
hablar de lo que sentimos no sea motivo de vergüenza, sino una oportunidad de
sanar.
Sin
embargo, muchas veces las señales de alerta pasan desapercibidas. La psicóloga Eileen
García Montaño explica que los primeros síntomas de un problema de salud
mental suelen ser sutiles: cambios en el sueño o el apetito, pérdida de interés
por actividades que antes producían placer, irritabilidad, cansancio permanente
o dificultad para concentrarse. En algunos casos aparecen pensamientos
negativos persistentes o sentimientos de desesperanza. Ante estas señales, lo
más importante es no guardar silencio. Pedir ayuda profesional no es un signo
de debilidad, sino un acto de valentía y autocuidado. La atención psicológica o
psiquiátrica debería asumirse con la misma naturalidad con la que acudimos a un
médico cuando nos duele el cuerpo. La mente también necesita atención,
acompañamiento y descanso.
Cuidar la
salud mental no requiere de cambios drásticos, sino de pequeñas acciones cotidianas
que fortalezcan nuestro equilibrio emocional. Practicar la atención plena,
desconectarse unos minutos del ruido digital, respirar conscientemente, dormir
bien, compartir tiempo con personas que aporten calma y alegría, o simplemente
reconocer cómo nos sentimos, son hábitos que pueden marcar una gran diferencia.
También es importante moderar la autoexigencia, aceptar que el error hace parte
del aprendizaje y buscar espacios creativos que permitan liberar tensiones.
Escribir, dibujar, cocinar o escuchar música son formas sencillas de cuidar la
mente y reencontrarse con uno mismo. En palabras del programa “En Sintonía con
tu Salud”, cuidar la mente también es cuidar el cuerpo, y ambos forman una
unidad inseparable.
La salud
mental, sin embargo, no debe verse solo como una responsabilidad individual.
Las instituciones, las familias, las universidades y los gobiernos tienen un
papel fundamental en la construcción de entornos saludables. En Colombia, por
ejemplo, el departamento del Atlántico ha incorporado la salud mental como eje
central de su nueva Política Nacional de Drogas, articulando estrategias de
prevención, educación y convivencia. Este tipo de iniciativas muestran que
cuando la salud mental se integra en las políticas públicas, se avanza hacia una
sociedad más empática y consciente. Aun así, el país enfrenta grandes desafíos:
la falta de acceso a servicios psicológicos, la escasez de profesionales
especializados en zonas rurales y los prejuicios culturales que todavía impiden
hablar abiertamente del tema. Romper el silencio sigue siendo una tarea
colectiva.
Hablar de
salud mental es hablar de dignidad, empatía y comunidad. En un mundo que valora
la productividad por encima del bienestar, detenerse a cuidar la mente es un
acto de resistencia y de amor propio. Cada vez que nos permitimos descansar,
que compartimos cómo nos sentimos o que buscamos ayuda, estamos contribuyendo a
derribar los estigmas que rodean a las enfermedades mentales. No se trata de
vivir sin dolor, sino de aprender a convivir con nuestras emociones, de
reconocer nuestras vulnerabilidades y de apoyarnos unos a otros. La salud
mental no es un destino, sino un camino que se recorre día a día, con atención,
paciencia y esperanza.
Al final, cuidar la mente es cuidar la vida. Es recordar que el bienestar no se mide solo en cifras o diagnósticos, sino en la capacidad de sentirnos en paz con nosotros mismos y con los demás. Hablar de salud mental es invitar a construir una sociedad más humana, donde el silencio dé paso a la comprensión y donde cada persona pueda decir sin miedo: “necesito ayuda”. Porque solo cuando nos atrevemos a cuidar lo invisible, lo emocional y lo íntimo, podemos vivir de manera plena, consciente y verdaderamente saludable.
Si este tema te inspiró a cuidar más de tu bienestar emocional, te invito a escuchar el episodio completo de En Sintonía con tu Salud en YouTube. Allí encontrarás la valiosa entrevista con los psicólogos Eileen García Montaño y Andrés Ramírez Giraldo, quienes comparten herramientas sencillas y profundas para fortalecer la salud mental y vivir con mayor equilibrio. 🎧💚
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